CONTAGIO Y POBREZA




LA PANDEMIA DE NUNCA ACABAR.





Escrito por: Alejandra Alvarado 
Estudiante Periodismo UNAH


Si bien la pandemia del Covid-19, dio un duro golpe a la economía a nivel mundial, los
países como el nuestro están viviendo una crisis severamente aguda en cuestiones
económicas.
No entrare en detalles con la cantidad de dinero que se aprobó para la  ̈Emergencia del
Covid-19 ̈, y simplemente porque tan grandes son las cantidades, que no creo tener la
cifra exacta.

Se nos iría lo que queda del año mencionando cada una de las promesas del Gobierno
actual, Hospitales y Centros de Salud, Bolsa con alimentos para las familias más
vulnerables, conciliación de deudas con los bancos para micro-empresarios, etc.
Los y las hondureñxs, no hemos podido terminar con una pandemia que se arrastra
desde hace muchos años atrás (desde siempre, diría yo).

La pobreza.
Y es que en los últimos meses hemos podido ver el incremento de la precariedad en el país, bulevares
llenos de padres y madres de familia pidiendo dinero para poder dar de comer a sus
hijos e hijas, ancianos abandonados, cientos y cientos de despidos por parte de las
empresas nacionales y tras-nacionales, y con ello miles de familias hondureñas que han
tenido que ingeniárselas para llevar el pan de cada día a sus familias. Desde pedir dinero
en las calles, hasta arriesgarse a emigrar rumbo a los Estados Unidos, la historia de
siempre, la frase de siempre, el sentir de siempre  ̈TENEMOS HAMBRE ̈.
Hoy es jueves primero de octubre, son casi las once de la noche y hace mucho quería
terminar de escribir este artículo, pero como a muchos el ser  ̈pro-activo ̈ me está
costando. 

El motivo de darle continuidad a este escrito, es nada más por los cientos de
hondureños que esta semana decidieron embarcar un nuevo viaje, en busca de una  ̈vida
mejor ̈, de aquella que tanto nos hablan y prometen (se los juro se me hace un nudo en
la garganta ahora mismo). Son casi 3000 ciudadanos y ciudadanas las que han decido
partir en medio de una crisis mundial, exponiendo sus vidas no solo al virus mortal que
hoy acecha, si no a los cientos de peligros que se encuentran en las fronteras camino a
los Estados Unidos. Pero, ¿Qué nos hace querer huir de Honduras? La dictadura, la
delincuencia, la falta de empleo, la violencia. En lo que va del año 2020 se reportan 38
masacres, que han cobrado la vida de al menos 140 personas, los despidos han sido
masivos, los mercados siguen en su mayoría cerrados, porque no cumplen las  ̈normas
de bio-seguridad ̈, pero los centros comerciales y grandes franquicias han empezado a
abrir sus puertas al público. Los bancos siguen cobrando, el recibo de la luz sigue
llegando, el alquiler de locales se tiene que pagar, se esté o no trabajando, y no
olvidemos el famoso  ̈impuesto de guerra ̈. Los economistas aseguran que la crisis que
se aproxima afectara al mundo entero si no se reactiva la economía de manera
inmediata. Pero hacerlo significaría arriesgar la vida de cientos de hondureños, y con un
sistema de salud precario que no ofrece seguridad de vida, está de más decir que la
muerte acecha a aquellos más vulnerables.

EL NEOLIBERALISMO ACECHA.

Se aproximan las elecciones, a pesar de la crisis, todo parece marchar bien para la
política inconsciente hondureña, con esta se acercan planes de supuesto  ̈progreso
económico ̈ para el país, pero más que estabilidad económica, yo creo que se implanta
un nuevo modelo neoliberalista en el territorio hondureño, las ZEDE. Mejor conocidas
como Zonas de Empleo y Desarrollo Económico, son inconstitucionales, ya que estas
tendrán sus propias leyes y el estado de Honduras no tendrá nada que ver con ellas, son
como el 2.0 de las bananeras; vienen a explotar la mano de obra, están despojando
familias enteras de sus territorios, la inversión será de extranjeros para extranjeros, si no
es claro, que perteneces a una familia poderosa del país. Un claro ejemplo y muy
cercano que tenemos los capitalinos, es la invasión del Parque Nacional La Tigra, donde
se acaba con la fauna y vida silvestre, aparte de querer desterrar a los habitantes
cercanos a esta área, sin mencionar el alto costo del proyecto y que organizaciones
como AMITIGRA, no están en contra de que este se lleve a cabo, ya que, según ellos,
no afectara la zona de amortiguamiento.
Y así podría hablarles de cientos de características de un sistema neoliberalista,
entonces ustedes dirían:  ̈ ¡Ah sí!, esto si pasa en Honduras. Pero el punto de este escrito

es evidenciar que los altos índices de pobreza, aumentan día a día, la justicia aquí tiene
un precio, se robaron millones en medio de una crisis sanitarias, no les importo en lo
absoluto, las miles de vidas de hondureños, algunos están siendo juzgados, pero seamos
realistas, es Honduras,  ̈El País de las Maravillas ̈, como dijo aquel personaje, acá todo
puede quedar en la impunidad, acá se hace borrón y cuenta nueva, acá yo trabajo,
porque ningún político me da de comer,(¡ay! Supiera que no le da, pero como le quita).
Por último, me despido con una frase de Eduardo Galeano, una que la llevo conmigo
desde hace ya unos años, que toca hasta el más oculto de los sentires:
 ̈La pobreza es fruto de la injusticia ̈.

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