¡Aquí en Honduras nadie se rinde!




En contestación a las declaraciones vertidas por el  medico que sugirió que los jóvenes abandonemos Honduras.



Escrito Por: César Eduardo Juárez Ponce
Estudiante de la Facultad de Ciencias Jurídicas UNAH 


Bendiga Dios la prodiga en que nací, con esta oración empieza uno de los más célebres e importantes poemas al sentimiento de ser hondureño, escrito con puño y letra de uno de los mejores poetas y escritores que pudo parir esta tierra Froylan Turcios.    

Parece imposible que no se menoscabe el sentimiento patriótico de cualquier joven en Honduras, al leer el escrito de un médico hondureño que recientemente se publico en redes sociales, una publicación anti patriótica acompañada con sentimientos de cobardía y rechazo a los mas necesitados, escrita desde la comodidad del dinero y el estatus social que un doctor puede tener en el país,  donde las palabras expresadas por esta persona significan no más que el cansancio y la desilusión de muchos compatriotas que soñaron y murieron esperando una patria libre.

En dicha publicación se insta a la juventud del país abandonarlo como si se tratase de cualquier cosa u objeto sin valor, como si hablar de ser hondureño se basara en ser parte de algún equipo de fútbol, partido político o religión.  

Eso que nos diferencia a las demás personas que habitan en el mundo no son nuestros 112,492 kilómetros de extensión territorial o los casi 10 millones de ciudadanos hondureños que somos ahora.

Lo que nos hace especiales y únicos es ese mismo sentimiento de resistencia que tuvimos hace más de 500 años cuando españoles pisaron nuestras tierras por primera vez, es exactamente eso que sintió Morazán al luchar y decidir morir por su causa, lo que aquí estamos haciendo es; emular esas grandes gestas histórico-revolucionarias y nosotros como juventud, misma que es mayoría en este momento y es la llamada a darle una transformación profunda a la patria, estamos dispuestos a morir por eso, no por un principio ideológico o partidario sino porque eso es humanidad, eso es lo cristiano, el hecho de pensar en el prójimo como a ti mismo y en el futuro que heredaran nuestros hijos.

No incite ni obligue doctor a respirar otro aire más, porque este es mejor y más puro, a ver otro cielo porque ninguno es más bonito y azul que el nuestro, a separarnos de nuestros hermanos, padres y amigos. Porque ningún rascacielos o comodidad remplaza el hecho de ver sonreír a los tuyos.

Por mucha dificultad que tengamos a esta generación de jóvenes se nos tiene que reconocer algo que es nuestro coraje; sufrimos un golpe de estado, fraudes electorales, desempleo, pandillas, desigualdad, una dictadura instalada y ahora estamos ante una pandemia mundial que amenaza la vida misma, Si eso no es resistir no se calificativo tenga.

Y resistimos y seguiremos resistiendo porque soñamos con una tierra donde no tengamos que emigrar para ser mano de obra barata de potencias extranjeras, para ser víctimas de racismo y ser minimizados por nuestro color de piel.

Soñamos con una tierra grande donde mujeres y hombres podamos decir algún día que tenemos el país que merecemos.

Perdóneme, señor doctor, pero no le tomamos el consejo, porque lo que nos acompañamos preferimos morir como rebeldes que vivir como esclavos.

Ya que nuestra causa es no más que liberar a Honduras de las garras de quienes los tiene secuestrado, esa esperanza es la que mantiene viva nuestra resistencia y juramos vencer. 










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