¡Aquí en Honduras nadie se rinde!
Parece imposible que no se
menoscabe el sentimiento patriótico de cualquier joven en Honduras, al leer el
escrito de un médico hondureño que recientemente se publico en redes sociales, una
publicación anti patriótica acompañada con sentimientos de cobardía y rechazo a
los mas necesitados, escrita desde la comodidad del dinero y el estatus social
que un doctor puede tener en el país, donde las palabras expresadas por esta persona
significan no más que el cansancio y la desilusión de muchos compatriotas que soñaron
y murieron esperando una patria libre.
En dicha publicación se insta a
la juventud del país abandonarlo como si se tratase de cualquier cosa u objeto sin
valor, como si hablar de ser hondureño se basara en ser parte de algún equipo
de fútbol, partido político o religión.
Eso que nos diferencia a las demás
personas que habitan en el mundo no son nuestros 112,492 kilómetros de extensión
territorial o los casi 10 millones de ciudadanos hondureños que somos ahora.
Lo que nos hace especiales y únicos
es ese mismo sentimiento de resistencia que tuvimos hace más de 500 años cuando
españoles pisaron nuestras tierras por primera vez, es exactamente eso que sintió
Morazán al luchar y decidir morir por su causa, lo que aquí estamos haciendo es;
emular esas grandes gestas histórico-revolucionarias y nosotros como juventud, misma
que es mayoría en este momento y es la llamada a darle una transformación profunda
a la patria, estamos dispuestos a morir por eso, no por un principio ideológico
o partidario sino porque eso es humanidad, eso es lo cristiano, el hecho de
pensar en el prójimo como a ti mismo y en el futuro que heredaran nuestros
hijos.
No incite ni obligue doctor a respirar
otro aire más, porque este es mejor y más puro, a ver otro cielo porque ninguno
es más bonito y azul que el nuestro, a separarnos de nuestros hermanos, padres
y amigos. Porque ningún rascacielos o comodidad remplaza el hecho de ver sonreír
a los tuyos.
Por mucha dificultad que tengamos
a esta generación de jóvenes se nos tiene que reconocer algo que es nuestro coraje;
sufrimos un golpe de estado, fraudes electorales, desempleo, pandillas,
desigualdad, una dictadura instalada y ahora estamos ante una pandemia mundial
que amenaza la vida misma, Si eso no es resistir no se calificativo tenga.
Y resistimos y seguiremos resistiendo
porque soñamos con una tierra donde no tengamos que emigrar para ser mano de
obra barata de potencias extranjeras, para ser víctimas de racismo y ser minimizados
por nuestro color de piel.
Soñamos con una tierra grande
donde mujeres y hombres podamos decir algún día que tenemos el país que merecemos.
Perdóneme, señor doctor, pero no le tomamos el consejo, porque lo que nos acompañamos preferimos morir como rebeldes que vivir como esclavos.
Ya que nuestra causa es no más que liberar a Honduras de las garras de quienes los tiene secuestrado, esa esperanza es la que mantiene viva nuestra resistencia y juramos vencer.
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