El conformismo como obstáculo para la liberación de la clase obrera


 Para cambiar nuestras realidades es necesario abandonar nuestras comodidades


Escrito por: Karol Guevara

Facultad de Ciencias Jurídicas

UNAH


¿Estamos dispuestos a abandonar nuestras comodidades hasta cuando sea necesario con tal de defender el bien común? He tenido mucha cercanía con personas con tintes de revolucionario, con ideas izquierdistas y con aparentes ganas de cambiar el mal orden de las cosas, hablan de un sistema diferente, de cambiarlo, de reformarlo o, de hecho, de abolirlo, pero ¿En realidad así lo quieren? ¿Como demuestro que lo quiero?

 

Cambiar nuestra realidad no es cosa fácil, desde el 2009 se ha intentado a través de distintos medios volver a la Honduras que parecía tener un rumbo mejor, pero siempre terminamos volviendo al mismo punto, no lo neguemos, elecciones amañadas, una oposición que se cotiza, movimientos universitarios que responden a interese ajenos al pueblo, un gobierno usurpador, nuestra gente marchando un par de días y descansando lo que resta del periodo presidencial.

 

El problema no es ser oprimido, el problema es ignorar que lo eres, y aún peor no hacer nada para cambiarlo, nos hemos conformado con la miseria que nos toca, nos conformamos con la educación precaria y deficiente que nos ofrecen, nos conformamos con que haya energía eléctrica aunque por 20 segundos de lluvia ya tengas que comprar velas, crees que eres libre, pero solo tienes libertad de volverte cada vez más pobre... Ver nuestro pueblo hundirse sin tan siquiera pelear por dignidad es precisamente inaceptable.

 

Y es aquí donde surgen distintos grupos de oposición a esta realidad indigna, surgen líderes de los que hablábamos al principio, sus ideas revolucionarias motivan a los que soñamos con un mejor presente, pero... También se conforman, y no los culpo, dice mi padre: "Sacrificarte por quien no está dispuesto hacer lo mismo, es de tontos" La falta de apoyo y de solidaridad terminan volviéndolos un Esdras Amado López, David Romero, y cualquiera de la bancada liberal, pero ¡vaya! Tampoco vendremos a justificar a los bandidos que utilizan las luchas por unos minutos de fama, unos cuantos pesos y un rol en el juego de poder.

 

Esto es solo un llamado a no ser conformistas, un llamado a los que quieren entrar a pelear de verdad, no solo palabritas porque, aunque les pese, el mundo no va a cambiar esperando que el opresor seda, ¿Eso esperan? ¿Eso esperamos? Hablan de revolución, pero en el fondo NO LA QUIEREN, se dividen dentro de sus propios círculos, pelean entre ellos, dicen FUERA JOH, pero además de conversatorios, foros, afiches, post, asambleas ¿Qué más podemos hacer? Se burlan de los que creen en Nasralla, pero ellos también tienen a su caudillo, y hay quienes critican a Mel, pero ellos nos están dispuestos a dar guerra.


No nos conformemos con las posibilidades y medios que los elitistas nos dan.

Llegará el día en que todos aquellos que quieran cambiar las cosas, SE UNAN, y les aseguró que ellos serán todo, menos conformistas.

 


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